A Luka Arrasate, 8 años, le hizo mucha ilusión y así se lo dijo a su padre cuando se sorteó el calendario, hace justo dos meses: "¡Papá, vamos a ver el debut de Mbappé en la Liga!". Jagoba no compartió la felicidad de su chaval, tal como confesaba esta semana: "A mí no me hace ninguna gracia". Lógico. Él también debutaba en el banquillo del Mallorca, y es una faena que para el primer partido ante tu gente se presente en tu estadio Mbappé, Vinicius, Bellingham, Rodrygo y toda la banda. Una faena de las gordas para un técnico que nunca le ha ganado al Madrid.
La suerte para Jagoba Arrasate es que es un entrenador de los buenos, de los mejores de nuestro fútbol, y no tardó en demostrarlo. A los 12 minutos, cuando el Madrid se adelantó con un golazo de Rodrygo, consiguió que su equipo no se descompusiera durante los siguientes 20 minutos, en que los atacantes blancos rondaron la portería de Greif y aquello pintaba a escabechina. Tuya, mía, tacones, paredes, amagos... Las estrellas de la constelación madridista, circulando el balón a una velocidad endiablada, se estaban divirtiendo. Incluso se regodeaban, como si quisieran hacer el 0-2 entrando con el balón en la portería. El Mallorca apretó los dientes y no le perdió la cara al partido, hasta el punto de que se fue al descanso con más disparos a portería que el glamuroso Madrid.
La segunda parte comenzó con el Mallorca decidido a buscar el empate, que no tardó en llegar gracias al buen oficio del Pirata Muriqi y a la colaboración de la contemplativa zaga blanca, empezando por Rudiger y siguiendo con Bellingham. Con Vinicius desaparecido, a los de Ancelotti les pesaban las piernas y les costaba mucho encontrar caminos entre la muralla bermellona. Sólo Mbappé, con sus desmarques de ruptura y disparo del Madrid posterior, llevaba peligro a la portería de Greif. Pero el Mallorca, con dos líneas muy juntas, aguantaba firme ante la espesura del rival. Los minutos fueron pasando, Ancelotti tardó en hacer los cambios y el Mallorca encontró premio a su gran partido. El campeón arranca con tropezón en la Isla.
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