Tras una larga espera, el pasado domingo pude estrenar mi nueva y flamante Nintendo Switch 2. Como os habréis podido imaginar, casi ni la solté en todo el día. Ahora, menos de 24 horas después, ya me ha demostrado lo necesaria que era.
Hubo quienes cuestionaron la necesidad de lanzar un nuevo hardware. A mí, ahora que la he probado, me ha convencido muy rápido de que sí era necesaria. Es más, no ha necesitado hacer nada extraordinario para lograrlo.
Con solo un par de juegos de la anterior 'generación' y unas cuantas carreras en Mario Kart World, me ha revelado gran parte de su potencial. De hecho, pienso que solo he rascado la superficie, y ya solo con eso me ha dejado claro lo mucho que necesitábamos esta nueva consola.
Y no he necesitado hacer nada del otro mundo para darme cuenta de lo mucho que nos hacía falta —en el buen sentido— la consola. A fin de cuentas, solo con el rendimiento de sus juegos ya me ha conquistado por completo.
En efecto, una de las primeras cosas que hice tras recibir mi Nintendo Switch 2 y transferir todos los datos de mi antigua consola a la nueva fue probar algunos juegos de NSW1 en NSW2. El primero fue Pokémon Escarlata... y vaya si se nota el cambio.
Voy a ser claro: jugar a 60 FPS a la décima generación de Pokémon se siente increíble. La estabilidad, los tiempos de carga y la fluidez del gameplay son un auténtico espectáculo. El salto cualitativo es inmenso, y no te das cuenta de lo importante que es hasta que lo pruebas.
No obstante, no quise dejarlo ahí. Tras esto, decidí hacer lo mismo con The Legend of Zelda: Breath of the Wild. Daba la casualidad de que, poco antes del anuncio de NSW2, decidí borrar mi partida y empezar una desde cero. Poco después se anunció Switch 2, así que esperé.
Ahora, meses después, me alegro mucho de haberlo hecho. Tras probar tanto BOTW como TOTK y su versión de Nintendo Switch 2, os advierto de que no hay mejor manera de probar ambos juegos que esta. Una vez más, la tasa de frames por segundo y los tiempos de carga brillan con luz propia.
El juego goza de una gran fluidez y tanto el combate como la exploración se sienten mucho mejor. Sin más, ese aumento de rendimiento es justo lo que necesitaba Nintendo Switch tras todos estos años. Por supuesto, esto no aplica única y exclusivamente a juegos antiguos.
Aunque sigo pensando que Mario Kart 8 es uno de los mejores juegos del catálogo de Nintendo Switch, el nuevo Mario Kart World me ha demostrado en muy poco tiempo que es incluso mejor. Técnicamente hablando, el salto cualitativo es muy notable.
Una vez más, la fluidez y estabilidad del gameplay son el gran recurso con el que Nintendo Switch 2 demuestra por qué era una consola tan necesaria en pleno 2025. Y no ha necesitado mucho tiempo para demostrármelo.
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