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Las críticas no suelen recibirse de la mejor manera. El ejemplo más claro es el del dueño del Asador Luis Kabalo, en Pontevedra, cuya nota en las reseñas de Google es de 2,9, pero lo que más llama la atención es la contundencia con la que responde a los clientes que se quejan.
“Este propietario no se corta un pelo en responder a las malas reseñas”, escribió la cuenta @soycamarero, creando un hilo de las respuestas más furiosas del propietario, este es un claro ejemplo:
“Ha sido de broma: muy caro, nos cobraron cosas que no pedimos y no nos dejaban pagar con varias tarjetas. Al sorprendernos de la tarjeta, muy maleducados. El tio más estafador del grove (y soy del pueblo) un sinvergüenza y poca cara, no os recomiendo ir ahí para nada, hay 50 mil sitios dónde comer mucho mejor y por menos precio, esque no se merece ni este comentario, pero no quiero que otros caigan en la trampa, porque personas como esta son las que perjudican al pueblo y al buen producto que podemos encontrar aquí”, le dijo un cliente, a lo que le respondieron:
“Eres el más tonto del pueblo, eso es verdad, el resto es medio verdad, es caro para un muerto de hambre como tú, para personas normales hasta es barato, quédate en casa y seguro que es más barato, lo de la tarjeta es verdad, solo un pago por mesa, y por que no me lo dijiste aquí? Ta tendrás tiempo, cagon”, volviéndose viral en Twitter, ahora X.
Otro ejemplo de mala contestación a una reseña
La publicación está llena de este tipo de mensajes, otro es: “La limpieza y los materiales, otro tanto. La mesa estaba llena de telas de araña en los laterales. Cuando fuimos a pagar (porque claro, como para esperar por la cuenta...) la barra estaba sucia no, lo siguiente”.
“No sé, son cosas que te hacen preguntarte también cada cuánto limpiarán la cocina, o siquiera si los cocineros se lavarán las manos. Como anécdota, mencionar que los comensales de al lado pasaron toda la comida tratando de que no se moviera su mesa, que tenía un desnivel desproporcionado”, prosiguió diciendo el cliente, muy descontento.
“No tengo mucho que decir de los precios, pagamos unos 40€ por los pimientos y 2 platos de churrasco. (No nos quedaron ganas ni de pedir café). Para la zona que es no es excesivamente caro, pero después de la pésima experiencia y la comida que dejaba bastante que desear, no veo que esté a la altura de cobrar lo que cobran en la zona”, sentenció, que no tardó en tener contestación.
“Vas por partes como estas hecho tu (medio frankenstein) esta esto más limpio que tu boca (come caca) si hay muchas mesas retiramos pata la barra y poder seguir trabajando con las mesas (normal que mientras no se lave están allí los vasos incluidos los tuyos ) la cocinera tiene más limpias las manos que tu la lengua, todos los días se limpian todas las mesas y la sillas antes de cada servicio, disfrazate tu de persona que te hace mucha falta, aquí no tengo nada que disfrazar, retardado”, zanjando el tema.
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