Max Verstappen no tiene unos genes cualquiera. Ya se sabe que su padre, Jos, fue piloto de F1, pero su madre, hasta el karting, era una campeona al volante, quizás destinada a ser la primera mujer en ganar un Gran Premio. O más alto. Pero en la década equivocada.
Quien compitió con ella lo tiene claro, ahora como entonces, Sophia Kumpen era la mejor piloto que habían visto sus ojos en los años 90. Sí, la madre del flamante tetracampeón del mundo competía contra ellos, contra Fisichella, que llegó a la F1 y ganó carreras, o Horner, y los ganaba en el karting.
"Competí contra ella en 1989, en el Mundial Junior de Karting. En aquella carrera había pilotos con mucho talento, como Jan Magnussen, Jarno Trulli, Giancarlo Fisichella o Dario Franchitti. Y ella estaba entre los diez mejores pilotos del mundo, sin duda, estaba a su nivel", dice Christian Horner, el jefe de su hijo en Red Bull, y entonces piloto.
Cuando corría en karting en 1995, ella era mi compañera. Vi cómo pilotaba, sé que era muy buena
"Sophie, la madre de Max, era una fantástica piloto. Cuando corría en karting en 1995, ella era mi compañera. Vi cómo pilotaba, sé que era muy buena", afirma Jenson, campeón del mundo en 2009.
Belga, como Max de nacimiento,hija de piloto de Kart, Robert, y sobrina de piloto de Rallycross, Paul, Sophia empezó a los 11... y paró su carrera a los 21 años con varios títulos bajo el brazo compitiendo contra hombres. Campeona de Bélgica, con 16 años, finalizó novena en el campeonato del mundo en la categoría Formula A, pero se recuerda sobre todo su victoria en el prestigioso Trofeo Andrea Margutti, donde derrotó al bicampeón del mundo de la especialidad, Jarno Trulli en 1995.
Considerada un talento generacional, conoció a Jos en 1996 y ahí terminó todo. ¿Motivos? cambian con los años. Al principio no veía que pudiera superar el nivel de las Giovanna Amati etc, pioneras en la F1 antes que ella. Luego reconoce que "ser la mujer de era difícil"... y quizás lo que más pesó, ser madre, tanto de Victoria, hermana de Max, como del chaval, al que trabajó, junto a Jos, para llevar a la F1.
"Yo quería llegar a la Fórmula 1. Había probado ya algunos coches, pero me casé con el padre de Max y tuve que tomar una decisión. Él era piloto de Fórmula 1 y viajábamos mucho. Así que abandoné mi sueño, pero ahora me estoy divirtiendo mucho viendo que mi hijo está haciendo lo que yo quería hacer".
Íntimos de los Schumacher, el propio Michael se entretenía con Max y sus hijos, tanto en casa como en el karting de Kerpen. Sophie se divorció de Jos en 2008, cuando Max tenía 11 años y empezaba a sufrir el peculiar entrenamiento de papá, con castigos y humillaciones cada vez que sufría una derrota. Max fue a vivir con Jos, Victoria, la hermana, con Sophie. "Victoria hubiera sido una gran piloto, pero le interesan otras cosas", dijo alguna vez Max.
Aseguran que tiene el temperamento volcánico de Jos, pero el talento en pista y la forma de leer las carreras de Sophia. Solo hay que verla con el karting, tan valiente en el adelantamiento como su hijo.
Aunque su padre se casó de nuevo, con trifulcas y peleas físicas constantes con su nueva esposa (también las ha tenido con su propio padre, el abuelo de Max), Sophia, que rehizo su vida, sigue viajando a menudo a las carreras para ver a su hijo y se fotografía feliz con su vástago, cuya novia, como no podía ser de otra forma, también lleva gasolina en las venas, Kelly Piquet, la hija del mítico Nelson Piquet.
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