Para empezar, el GP de España comenzó con cainismo. Esa eterna lucha entre Madrid y Barcelona, que algunos han querido centrar en sus dos embajadores, Carlos Sainz y Fernando Alonso. Pero lo cierto es que los miles de aficionados que fueron a verles a la Fan Zone no entendían de contratos de imagen en favor de una u otra carrera. Sólo gritaban con fuerza a sus ídolos.
El viernes me pasó algo muy c
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