Felipe Miñambres ha completado el círculo. El talentoso futbolista que llegó como una promesa del fútbol nacional al Heliodoro Rodríguez López en el verano de 1989 ofreció este miércoles, 36 años después, su primera comparecencia como nuevo presidente del Tenerife. En todo ese largo camino, además, también se ha sentado en el banquillo como entrenador y en los despachos como director deportivo. Un hito al alcance de pocos, que lo sitúa ya, por derecho propio, en el mismo escalafón de otras leyendas, que también vivieron todas esas etapas en sus clubes, como Santiago Bernabéu, Joan Gamper, Daniel arella o Franz Beckenbauer.
Es mi primer día como presidente en una etapa complicada, pero eso no quita para que sea ilusionante
Corbata, americana y canas, una imagen sin duda diferente a la de la primera vez que fue presentado con la camiseta del Tenerife. “Hoy se inicia una nueva etapa para mí en el Tenerife. Es mi primer día como presidente en una etapa complicada, pero eso no quita para que sea ilusionante. Cuando llegué como jugador, jamás imaginé que algún día pudiese estar aquí hablando como presidente. Es un orgullo enorme y supone el reto más grande de mi trayectoria profesional. Buscaré llevarlo por una línea en la que todos los aficionados puedan sentirse orgullosos, independientemente de la categoría en la que esté el club”, dijo nada más tomar asiento.
Cuestionado sobre cómo sucede su nombramiento, el astorgano manifestó que “no sentí vértigo, pero sí responsabilidad. Es un momento para poner las cartas sobre la mesa. Quizá no es la forma soñada, pero vino así. No me preocupa tanto el cómo llega, sino cómo vamos a trabajar desde ahora. Sé que no es fácil ser presidente del Tenerife, pero ha tocado ahora y puedo aportar cosas. Vengo a ayudar y a unir en todo lo que pueda para que el club salga adelante”.
Sé que no es fácil ser presidente del Tenerife, pero ha tocado ahora y puedo aportar cosas. Vengo a ayudar y a unir en todo lo que pueda
En cualquier caso, Miñambres quiso matizar, respecto a la intención del expresidente Daniel Díaz de denunciar lo ocurrido en el juzgado, que “no voy a pelearme con nadie, ni a tener enfrentamientos. No voy a entrar en temas de abogados o del accionariado. El club no va a dejar de funcionar. Debemos ser como en un vestuario, cuando nos aislábamos del ruido exterior para competir por cada partido. Vamos a ser un búnker. No voy a entrar en guerras, ni a responder a acusaciones de nadie. El departamento jurídico del Tenerife considera otras cosas, pero hay demasiado trabajo por hacer como para meterme en lo que vayan a estar diciendo por ahí estos días”, dijo zanjando el asunto.
Por último, el nuevo presidente blanquiazul avanzó que “hay operaciones avanzadas con jugadores y seguimos trabajando para que el equipo esté pronto donde todos queremos. Dentro del club sí hay estabilidad accionarial y por eso estoy aquí. Esto es un barco en el que unos quieren unir y otros optan por hacer boquetes. Si quieren pedir mi destitución, no me preocupa. Si no estuviera convencido de que lo hemos hecho bien, no estaría ahora sentado aquí”, concluyó en tono tranquilizador.
Comentarios