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Volvieron las señas de identidad del Alavés de Luis García Plaza. El juego directo, las segundas jugadas, la intensidad, la firmeza defensiva y aprovechar los detalles. Volvió el triunfo a Mendizorroza tras cinco partidos sin sumar. De la importancia de los tres puntos, de lo que significa, habló la celebración del técnico. Por mucho que en la previa se mostrara tranquilo, lo cierto es que los nervios empezaban a aparecer y el Alavés necesitaba ganar de nuevo. Lo hizo ante un Mallorca que no pudo dormir en Champions. Dio la cara en un encuentro igualado, pero no fue un partido sencillo para los de Arrasate. La derrota, en cualquier caso, no empaña un ápice su gran inicio liguero.
De inicio, el Alavés quiso jugar la baza de Mendizorroza y salió apretando arriba. El plan era jugar cerca de Leo Román, una de las novedades de Arrasate, y que pasara algo en el área del Mallorca. Pero el cuadro bermellón no es de los que se equivoca fácilmente. Regala muy poco y las ocasiones ante Raíllo, Maffeo y compañía hay que trabajárselas. La mejor fue un centro desde la línea de fondo de Guridi que tocó en el palo y no entró de milagro.
Con el paso de los minutos, el Mallorca fue sintiéndose más cómodo. Larin dio trabajo a los centrales del Alavés -forzó la amarilla de ambos- y Chiquinho, que entró a última hora por lesión de Valery en el calentamiento, dejó buenos detalles. Suyo fue el mejor aviso del Mallorca, tras sentar a Tenaglia con un buen recorte. En el otro lado, Rebbach incordiaba a Maffeo. Faltaba el mazo, en cualquier caso.
A falta de juego, con los dos equipos bien plantados, el inicio del segundo acto ofreció ocasiones en ambas porterías a balón parado. En el Alavés fueron para Abqar y Tenaglia, en el Mallorca para Larin, con Dani Rodríguez, como siempre, como asistente. Se desesperaba Luis García, que entendía que su equipo merecía mejor suerte tras cinco derrotas consecutivas. Enfrente había "un equipazo", como el propio ténico del Alavés definió al Mallorca en la previa. Un Mallorca que va 'sobrado' de buenos porteros. En Mendizorroza jugó Leo Román y nadie se acordó de Greif.
No se rindió el Alavés, empujado por Mendizorroza. En una de esas, Blanco abrió a banda, Tenaglia centró, Mascarell no acertó a despejar bien y Guridi, a placer, lo aprovechó. Un gol muy del Alavés de Luis García: de insistir y estar atento a los detalles. El Mallorca terminó el partido en el área rival, pero el Alavés se defendió bien. Y con Maffeo mandando un mensaje a quien corresponda en una semana muy dura: "No teníamos que haber jugado".
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