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“Sufrí un cambio espectacular. Era de los más bajitos y de un verano a otro pase a ser el más alto. Me costó adaptarme. Esa temporada no jugué casi nada. Pasé de ser rapidito a un poco lento y más técnico. Llegaba llorando a casa de los entrenamientos y decía que no quería ir más”, itía Fabián Ruiz (Los Palacios y Villafranca, 1996) a 'Universo Valdano' evocando el estirón (30 centímetros) que dio con 14 años.
El sacrificio de su madre y el 'trabajo en la sombra' para ganar potencia, velocidad, coordinación... y masa muscular dieron sus frutos. Con 19 años y cuatro meses se estrenó en Primera con el Betis de la mano de Pepe Mel. “Le hicimos debutar muy joven en un equipo que, por entonces, peleaba por no descender. Tenía, y tiene, una pierna izquierda maravillosa, veía el fútbol muy bien y llegaba a gol desde segunda línea”, subraya su extécnico a MARCA.
Le hicimos debutar muy joven. Tenía, y tiene, una pierna izquierda maravillosa y veía el fútbol muy bien
“Le vino muy bien la cesión al Elche. Ahí se curtió en cuanto a oficio. Ahora mismo sería un jugador importantísimo en cualquier equipo 'top'. Es muy fiable y marca bien los tiempos. Me alegro mucho por él porque es muy humilde y todo lo que tiene se lo ha ganado a base de esfuerzo”, destaca Mel.
El impulso de Setién
“Él venía del Elche cuando llegamos al Betis. Me dijeron que le viera en pretemporada y decidiera. Hubo bastante presión por parte de Serra Ferrer para traspasarle. El Barça ofrecía 1 millón de euros, pero yo me negué. Intuimos que era un futbolista con mucho potencial y muy pronto salimos de dudas”, rememora Quique Setién.
Asus órdenes explotó en la élite en la 2017-18: jugó 35 partidos, marcó tres goles y dio seis asistencias. “Fabián quizá no sea un 10 en nada, pero está a un nivel altísimo en todo. Para cualquier entrenador es un lujo porque no falla nunca. Estoy muy feliz por cómo le van las cosas porque es un ejemplo permanente y una persona extraordinaria... pero aún nos quedan muchas satisfacciones por recibir”, remarca el ahora técnico del Beijing Guoan.
Fabián quizá no sea un 10 en nada, pero está a un nivel altísimo en todo. Para cualquier entrenador es un lujo porque no falla nunca
La cara ‘B’ de Fabián
Para conocer la faceta humana de Fabián nadie mejor que su agente, Rodolfo Orife, de 'You First': “Va a parecer que es lo que hay que decir, pero es la verdad: es buena persona, detallista, cariñoso, súper familiar... Y me quedo corto”.
Una personalidad que traslada al campo. “Siempre transmite normalidad, tanto en los momentos difíciles, como en los de máximo éxito. Disfruta, pero con humildad, sin venirse arriba. Esa estabilidad mental le ayuda a rendir siempre a un nivel óptimo”, insiste Orife.
Tanto en las buenas como en las mala transmite normalidad, esa estabilidad mental le ayuda a rendir siempre a un nivel óptimo
Un ascenso meteórico
El verdadero estirón de Fabián (1,89 metros) llegó sobre del verde. Del Betis pasó al Nápoles en 2018, se coronó 'MVP' y campeón del Europeo sub 21... y en 2022 fichó por el PSG.
En París se reencontró con el entrenador que le dejó fuera de Qatar 2022. “Puede que cuando llegamos pensara que no iba a ser muy importante. Incluso le hice alguna bromita [...]. No llevarlo al Mundial fue un error. Asumo la responsabilidad. Es un futbolista increíbles”, ite Luis Enrique, no muy dado a reconocer sus fallos.
Fabián, con España, se ha redimido con creces. Ha ganado una Eurocopa —fue elegido en el once ideal— y una Nations League. De hecho, no conoce la derrota en sus 37 internacionalidades. No es casual. Con el PSG encadenó 52 partidos sin perder, récord de la Ligue 1. “La Euro fue muy significativa para mí y para España, pero no me considero una estrella mundial”, asegura.
Si no lo es, lo parece, aunque prefiera refugiarse en el colectivo: suma cinco goles y 10 asistencias este curso. En la vuelta de semis ante el Arsenal (2-1), por si fuera poco, marcó su primer gol en Champions.
“Llevamos varios años ganando, casi siempre, Liga y Copa. Tenemos la espinita de la Champions y queremos estrenarnos. No es una obsesión, pero sí un objetivo, sería algo único. Hemos trabajado mucho para estar aquí. Este equipo, esta ciudad y este país se lo merecen”, reconoce. De tanto crecer, Fabián está a punto de tocar techo.
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