No siempre el PSG nadó en la abundancia del dinero qatarí, aunque logró codearse con la nobleza futbolística continental en los años 90. Entonces necesitó que la cadena de televisión Canal + -con el impulso del alcalde Jacques Chirac- fuera al rescate de un club con problemas económicos. Ahora, en París sueñan con ganar su primera Champions League, 29 años después de su único título europeo, la Recopa de 1996. Aunque solo sea una coincidencia, aquel PSG campeón lo entrenaba Luis Fernández, leyenda del fútbol francés nacido en España, y este PSG lo dirige Luis Enrique Martínez, un técnico español que ya ha recorrido todos los pasos hasta levantar la orejona con el Barcelona.
“Era la primera vez que fuimos conscientes del alto nivel que teníamos”, recuerda ahora Alain Roche, elegante defensa central que llegó en 1992 al Parque de los Príncipes para reforzar el gran proyecto futbolístico de París. Después de caer en tres semifinales seguidas (UEFA 1993, Recopa 1994 y Copa de Europa 1995), el PSG ganó la Recopa en 1996 y perdió la siguiente final ante el Barcelona, en 1997. “Ganar la Recopa fue la recompensa de un enorme trabajo, con muchos años y experiencia de alto nivel”, recuerda Roche, quien rápidamente apostilla: “Ahora faltan títulos. Tenemos todos los títulos en Francia, pero faltan títulos en Europa. Esperamos que sea esta Champions”.
Tenemos todos los títulos en Francia, pero faltan títulos en Europa. Esperamos que sea esta Champions
Roche hace el esfuerzo por recordar el español que aprendió en dos temporadas en el Valencia (entre 1998 y 2000) y cuando le faltan las palabras recurre al auxilio de una traductora. Acaba de inaugurar una suite “per-so-na-li-za-da, qué bien lo he dicho esta vez” -bromea el protagonista- en el Novotel Valencia Lavant decorada con algunos objetos personales de su colección como unas botas o una camiseta.
Ese gran PSG de los 90 tenía a Luis Fernández de entrenador. Nacido en Tarifa, aquel mediocentro defensivo de la Francia de los Girese, Platini, Tigana de los 80 contagió de su carácter al club parisino. Ahora, otro Luis (Enrique Martínez) podría conseguir el mayor éxito en el medio siglo de la historia del club. “Luis Fernández era un volcán por dentro, por fuera gritaba por todos lados, como Simeone en el Atlético. Luis Enrique grita, pero no tanto, es diferente. No podemos comparar, son dos épocas diferentes. Pero lo más importante en cada época es ganar títulos”.
Uno siempre imagina a un atacante como jugador clave en una final y Roche, como buen defensa, se acuerda de los que evitan los goles: “Para ganar siempre necesitas un buen portero. El PSG tiene a Donarumma. Pero Sommer, contra el Barcelona, parecía Jesús”, resuelve sin traducción. Y por supuesto, también piensa en los héroes inesperados: “El peligro puede venir de cualquiera. Lo vimos en la semifinal contra el Arsenal, el golazo de Fabián”. Y una vez que ha mencionado a uno, continúa la letanía: “Dembéle, Doue, Barcola, Marquinhos...”.
El PSG tiene a Donarumma. Pero Sommer, contra el Barcelona, parecía Jesús
Formado en el Burdeos, club en el que se retiró, Roche también fue jefe de ojeadores y director deportivo del PSG. Y es el primer sorprendido de cómo acortan plazos de adaptación los jugadores más jóvenes, alentados por el atrevimiento de su entrenador: “Los exjugadores no nos damos cuenta de la edad que tiene. Es imposible. Son mucho más maduros que nosotros. Los jóvenes tienen talento, han ganado títulos, pero no demasiados y tienen hambre. Tienen ganas de ganar”.
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