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No pasa mucho tiempo sin que sepamos de lugares que han sufrido inundaciones, cuyas imágenes nos dejan coches semi hundidos siendo arrastrados por la corriente o garajes que acabaron anegados. Aunque no lo sepamos, algunos de esos coches que tal vez hemos visto en televisión pueden acabar a la venta cerca de donde residimos. Incluso si el fenómeno atmosférico ha sucedido fuera de nuestras fronteras. Y nosotros podemos comprarlos sin ser conscientes de que nos estamos llevando un coche con 'trampa'. Por suerte, hay algunas formas de reconocerlos que ahora te vamos a contar.
Un vehículo que haya sufrido una inundación, incluso si el agua 'solo' subió 50 cm y no llegó a desplazarlo (por estar en un garaje), es casi imposible que vuelva a estar tan bien como antes. Sí que podría quedar igual si se tratara de un coche valorado en cientos de miles de euros cuyo dueño quisiera restaurarlo sin importar el coste, pero dejar como antes un coche 'normal' no compensa desde un punto de vista económico, por lo que se tiende a 'maquillar'; es decir, que no se note mucho el desastre que ha sufrido a la hora de venderlo.
Nos lo dice la nariz
De lo que no se puede desprender casi nunca un coche que ha sufrido una inundación es del mal olor, que es el primer punto que debe alertar al comprador. Se trata de un olor a moho, a humedad, a agua sucia. Debemos tener cuidado porque algunos vendedores pueden despistarnos al haber tirado los asientos originales a la basura y en su lugar haber colocado otros comprados en un desguace. Pero lo que seguro no va a cambiar son las moquetas que encontramos bajo las alfombrillas, que es de donde debemos comprobar que no emana el este olor a humedad.
Otro punto del coche en el que suele dejar rastro permanente la inundación es el maletero. Es poco probable que un vendedor se ponga a cambiar los guarnecidos interiores del maletero, así que el olor a humedad que percibamos aquí detrás (sobre todo en la zona inferior, donde la rueda de repuesto o el kit antipinchazos) nos puede poner en alerta fácilmente.
También el aire acondicionado nos puede dar una pista, aunque este caso tenemos que hacerte una aclaración: si el coche es viejo, el olor a moho es algo habitual, ya que los sistemas de aire acondicionado tienen un evaporador que enfría el aire y produce condensación, dando pie a la proliferación de bacterias y hongos. De hecho, la solución para que esto no pase es tan sencilla como apagar el botón del aire acondicionado durante los últimos minutos del trayecto y dejar que funcione solo la ventilación, que seca los conductos y elimina la humedad. Pero si este olor a humedad lo encontramos en un coche con poco tiempo (1 o 2 años)... sospecha que haya gato encerrado.
También la vista
Pero no solo la nariz nos avisa, porque la vista también puede estar alerta. Si en los guarnecidos de puertas, asientos o moquetas vemos un cambio de tonalidad (signo de que hasta allí llegó el agua sucia) ya tenemos una razón para desechar ese coche. Y también debes sospechar si ves rastros de humedad tras las superficies acristaladas. Puede ser normal que haya entrado humedad en un faro, pero no en todos. Y mucho más extraño resultaría que encontráramos humedad tras el cuadro de relojes.
Por supuesto, estos coches también ven afectado en gran medida su sistema eléctrico. Lo bueno es que hay infinidad de sistemas eléctricos en un coche de hoy día, así podemos ir comprobándolos uno a uno: elevalunas, limpiaparabrisas, luces, intermitentes, aire acondicionado, ordenador de viaje, testigos del cuadro de relojes... A cualquier coche que nunca haya sufrido una inundación le puede fallar uno o incluso varios de ellos, pero si a este fallo se suma que la vista o la nariz te dan otros avisos de algo extraño, ante la duda no te fíes.
Agua salada: aún peor
Por cierto, solemos tender a pensar que estos daños son generados por ríos que se desbordan o lluvias torrenciales. Pero si el daño lo ha generado el agua salada las consecuencias son mucho peores. En ese caso los vehículos comienzan a generar corrosión que tal vez no haya asomado aún si hace muy poco que sufrió el daño, pero que acabará dando la cara, así que todavía hay más motivos para estar alerta.
Junto a lo que nos dictan nuestros sentidos, también nos podemos valer de herramientas para saber si un coche ha podido sufrir una inundación. En este caso resultan muy útiles los historiales, que en el caso de carVertical incluyen una función 'Desastres Naturales' que nos informa de si el coche ha estado en una zona afectada por inundaciones. Esto no quiere decir de forma obligatoria que el coche que nos interesa se haya visto afectado por la inundación, pero sí que puede haberlo estado. Y en ese caso, y si el coche nos interesa mucho, lo que podemos hacer es pedir que lo evalúe nuestro mecánico para tener la tranquilidad de que se libró de los daños.