FUTBOL
Valencia 0 - 3 Atlético

Julián los goles, De Paul lo demás

Sabor argentino en una victoria completada además a última hora por Correa y que mantiene al Atlético en la pelea por el título tras deshacerse de un Valencia sin respuestas

Valencia 0-3 Atlético de Madrid: resumen y goles LaLiga EA Sports (J25)
Actualizado

Julián, sí. Antoine, también. Pero, ustedes perdonen: De Paul. El primero firmó las dos dianas con las que su equipo puso tierra por medio, acciones ambas con la garantía que ofrecen los pases del segundo, pero lo del tercero fue un festival de inicio a fin. Aquel Rodrigo que elegía los partidos, uno sí, varios no, se ha convertido parece que definitivamente en un futbolista total, líder absoluto de este Atlético que no es que no sepa a qué carta quedarse, sino que sigue teniendo tres y quiere jugarlas todas. En la prolongación de un encuentro decidido, aún procuraba el 5 tirar una contra que paró en falta Javi Guerra. Lo que pudo ser, lo que es...

Después de que Gayà hubiera pedido tranquilidad a sus compañeros en la arenga previa, el Valencia sacó de centro y masticó la primera jugada del partido andando. Por lo que fuera, Corberán no estaba ante el Atlético por el vértigo. Había revuelto el técnico local su frente de ataque con Iván Jaime y Sadiq del tirón, mercado de invierno al poder, con un rival enfrente que no tenía reparo alguno en plantar seis atrás para la fase defensiva, Giuliano y Lino reforzando los flancos por los que ya merodeaban respectivamente Nahuel y Azpilicueta.

Simeone había anunciado por su parte que, sin Barrios ni Koke, sería Llorente, que no Gallagher, quien ocupara plaza en la sala de mandos. Curioso, porque es precisamente El Cholo quien lo ha tenido dando vueltas por el campo después de que enseguida cayera en desgracia como mediocentro, puesto para el que en su día lo había reclamado el Atlético. Como sustituto de Rodri, concretamente. De todas maneras la cosa ahora consiste en acompañar a De Paul, facilitando su labor dentro de lo posible, y por ahí nada pudo reprocharse al 14 rojiblanco: el argentino anduvo en su espléndida línea.

Total, que aquello se caracterizaba por lo táctico. Pero fue cosa de poco que Griezmann descorchara el partido. Los libros de historia no contarán que participó en el gol, ni marca ni asiste, pero el presente certifica que el francés fue decisivo dibujando un servicio maravilloso para romper las dos líneas del Valencia y encontrar solo a un Lino que topó con el larguero, para que Julián resolviera en una segunda jugada que también contó con la participación de Giuliano, siquiera fuera punteando la pelota hacia los dominios de La Araña.

Se duda de Antoine por lo físico y con razón, la cuestión es que el tipo aún te puede decantar un partido andando. Sobre la media hora volvería a demostrarlo, cuando volcado hacia la izquierda sacó escuadra y cartabón para poner en la cabeza de Julián, incrustado entre centrales, la que venía siendo larga posesión visitante. Picó la pelota con la testa el 19, para certificar su doblete y ampliar ventaja ante una grada que venía ofreciendo síntomas de impaciencia con la escuadra local desde un rato antes. Quizás por la determinación con que se habían manejado últimamente, no acababa de entenderse la displicencia de los futbolistas del Valencia.

Y aún pudo ser peor desde la perspectiva che, porque, con el reloj a punto de marcar el ecuador de la contienda, Mosquera regaló a Julián un mano a mano resuelto de forma deplorable. Hubiera sido el tercero por lo individual y por lo colectivo, demasiado castigo quizás para un parcial en el que Oblak apenas se alteró con una falta botada por Pepelu y cabeceada por Sadiq. Tras el descanso, movimientos. Corberán tiró de Hugo Duro para formar doble punta, Simeone cambió su perfil izquierdo prescindiendo de Azpilicueta y Lino para incluir a Galán y Gallagher.

El Valencia procuró tirarse a degüello esta vez. Y tuvo un cabezazo precisamente de Duro. Y tuvo un disparo de Barrenecha. Y reclamó penaltis por manos. Y comprobó que durante un tramo el Atlético era más dudas que certezas. Pero aquello duró lo que duró, concretamente hasta que, contempladas las posibilidades, De Paul optó por la más sabia: aguantar desde la posesión. Y se asoció con todos los compañeros posibles para capear un temporal que no era para tanto, por lo futbolístico al menos, que por lo climatológico la tarde se ponía fea, hasta que a última hora un extravío de Guerra permitió que Gallagher habilitara a Correa para el tercero. Definitivamente, sabor argentino. Vayan pasando, que espera el Atlético. Preparado, diría su entrenador.

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