El Betis ha recuperado la senda de las victorias imponiéndose por 1-0 al Espanyol en el Benito Villamarín en un partido en el que los verdiblancos fueron los únicos que intentaron ganar y lo terminaron consiguiendo con un tanto a cinco minutos del final del de siempre: Giovani Lo Celso. Llegó al límite del cierre del mercado de fichajes, se perdió los tres primeros partidos de Liga y aún así, con cinco dianas, el argentino está metido de lleno en la pelea por el Pichichi. Un futbolista diferencial que está ayudando semana tras semana a los de Pellegrini a mantenerse en la pelea por los puestos europeos.
Con su triunfo, los verdiblancos escalan hasta la octava plaza de la clasificación, con 12 puntos, a sólo dos de la zona continental. El equipo de Manolo González, que sólo lo intentó de verdad cuando estaba por debajo en el marcador, se atasca con siete puntos, sólo por encima de los tres equipos que marcan los puestos de descenso, y acumula tres jornadas seguidas perdiendo. Una derrota a la que se suma la lesión de Puado, uno de sus mejores futbolistas, que tuvo que ser sustituido en la segunda mitad tras un mal gesto al pisar el césped.
Abde pudo marcar de penalti
Aunque a los puntos, haciendo un símil pugilístico, el Betis se habría llevado la primera parte a los puntos, lo cierto es que terminó siendo un combate nulo en el que los verdiblancos hicieron más para adelantarse en el marcador, pero los blanquiazules, hoy de morado, supieron defender cómo más daño le hace a los de Pellegrini: quitándoles el balón durante largas fases del juego. Con una línea de tres atrás cuando tenía la pelota, el equipo de Manolo González superaba con relativa comodidad la tímida presión adelantada de los locales, aunque sin generar peligro arriba.
El único que parecía tener intención de buscar la portería de Rui Silva era Král, pero estaba muy solo, con Cheddira desaparecido y Puado impreciso en los controles. Mientras, los heliopolitanos, menos intensos que en otras ocasiones porque tres partidos en seis días pesan, lo intentaban a su manera, esta vez con más ganas que ideas. La primera ocasión, nada más empezar, la tuvo Bakambu, todavía falto de forma, pero de regreso al once. Un balón filtrado por Bellerín a la espalda de los centrales lo aprovechó para rematar por arriba, pero Joan García reaccionó bien.
Lo Celso, presionado por detrás, tuvo la segunda antes del cuarto de hora tras una dejada de cabeza de Abde, pero llegaba forzado a la jugada y no pudo precisar su golpeo. Tampoco lo hizo Altimira a los 20 minutos tras una jugada entre el marroquí y el argentino en la que intervino Iker Losada, otra de las sorpresas en el once. Ni de nuevo Abde, en una contra veloz de su equipo, con un zurdazo que despejó bien el guardameta del Espanyol. Aunque la ocasión más clara del primer acto llegó justo antes del descanso y desde los once metros.
Abde controló el balón, entró en el área, recortó hacia fuera y Omar El Hilali, en una acción muy inocente, sacó la pierna y le derribó. Un penalti que podía ser el premio al esfuerzo bético, pero que se terminó convirtiendo en una bronca monumental de Pellegrini. El Ingeniero parecía querer que lo lanzara Lo Celso, pero Abde cogió el balón y asumió la responsabilidad. La charla del técnico chileno con el capitán, Bellerín, reflejó claramente un enfado que fue a más cuando el marroquí falló el lanzamiento, adivinado por Joan García lanzándose a su izquierda.
El quinto de Lo Celso
La afición bética reaccionó con aplausos a Abde, un jugador que lo pasó mal el año pasado, pero que está siendo de los mejores desde que arrancó este curso. Un cariño que se reprodujo tras el paso por los vestuarios en una segunda parte que arrancó con susto para el Betis con un centro chut de Puado que se envenenó sin encontrar portería. Aunque para susto el que se llevó el Espanyol con un intento de vaselina de Lo Celso desde la frontal que su portero, inconmensurable esta noche loró sacar a córner.
Fue la previa de una ocasión clarísima de cabeza de Abde, tras un centro cerrado de Lo Celso, que de nuevo Joan García, con una mano y cuando prácticamente se cantaba el gol, logró despejar mostrando unos reflejos portentosos. Estas dos últimas jugadas coincidieron con unos minutos en los que los de Manolo González estaban con uno menos sobre el césped por lesión de Puado, que hizo un mal gesto al pisar después de recibir un pelotazo. Tuvo que ser sustituido por Pere Milla.
Pellegrini no quería que es escaparan más puntos del Villamarín y decidió hacer dos cambios importantes a la hora de partido, dando entrada a Vitor Roque y Fornals. Pero además de fútbol, hoy a su equipo le faltaba lo de siempre, la precisión al finalizar. Como la que no tuvo Fornals en una contra guiada por Abde. Y después de una bronca descomunal a Hernández Hernández por perdonarle una amarilla clara a Cardona, el propio Cardona pidió penalti por empujón de Diego Llorente que no se señaló aunque perfectamente pudo serlo.
Y en pleno caos, llegó la primera ocasión de los blanquiazules en todo el partido. Un balón desde la derecha que cruzó el área para llegarle a Carlos Romero, completamente solo. Ahí emergió la figura de Rui Silva para hacer una de las paradas salvadoras que tanto se le reclaman. Pero era de justicia, por lo visto sobre el terreno de juego, que los tres puntos se quedaran en Heliópolis. Y así fue con un gol a cinco minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario de Lo Celso, con un recurso con la zurda tras una acción de Fornals en el área. Un tanto para poner el Villamarín en combustión y recuperar la senda de las victorias.
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