García Pimienta no se llevará un buen recuerdo de su reencuentro con el estadio de Gran Canaria. Su Sevilla se puso dos veces por delante ante Las Palmas y vio cómo el rival le igualaba. Y no estará contento con ver a Álvaro Valles (al que conoce bien) después de la actuación de Jasper Cillessen, sobre todo con una parada en el 90' a Sow que evitó la victoria andaluza. Dos proyectos que arrancan con un empate, muchas lagunas y algunas cosas interesantes. No es el mejor inicio ni el peor. Queda mucho. Sobre todo por mejorar.
El Sevilla salía condicionado por sus bajas en el centro del campo, utilizando a Juanlu como interior. En defensa, los cuatro más utilizados en pretemporada, ya que no pudo contar con Jesús Navas, Acuña o Badé, los mejores en sus posiciones. García Pimienta arriesgaba en su reencuentro con el estadio de Gran Canaria, donde Luis Carrión salía con un once valiente, donde no entraban tantos de esos 12 fichajes realizados, eso sí, colando al escocés Oliver McBurnie para el gol, situación que trajo de cabeza al club amarillo la pasada temporada.
Los dos equipos tomaban unos riesgos excesivos en la salida de balón. Carrión mantiene esa parte del estilo de García Pimienta, quien se lo ha devuelto a los sevillistas, con un resultado en el pasado nada halagüeño. Y con Nianzou como último hombre, un infarto en lo mínimo que produce en su parroquia. Un futbolista, como poco, gafado. La primera ocasión fue para los andaluces, con jugadón de Lukebakio desde la izquierda, pase atrás y en un segundo remate Ocampos puso a prueba los reflejos de Cillessen. Más fuerza que colocación. Las Palmas y Sevilla presionaban mejor que obtenían réditos de su salida de pelota. Una pérdida del portero local estuvo cerca de aprovecharla Agoumé. Y el primer gol llegaría de la ocasión más inesperada.
Pedrosa recuperó el balón en su área y lanzó una carrera a la contra perseguido de cerca por Marvin. Fue capaz de llegar al otro área y poner un paso raso por delante de los centrales, lo que obligó a Álex Suárez a girar e ir al despeje contra su portería, con la mala fortuna de colarla en su portería. Los sevillistas no aprovecharon la ventaja, dejando que llegasen los de Luis Carrión con más hombres al área. McBurnie permite el acoso aéreo. La mejor la tuvo el escocés, con un remate libre de marca en boca de gol que desvió Nyland y tocó en el poste. Poco antes del descanso, otro autogol. Tenía que ser Nianzou. McBurnie iba a marcar a placer, pero el francés se adelantó para quitarle el honor de su primer gol. Jugador maldito.
Misma igualdad
Las Palmas salía mejor en el segundo periodo. Había terminado con mejores sensaciones en la primera y continuaba por esa senda. Había detectado que necesitaba abrir el campo para buscar centros laterales, donde los centrales sevillistas sufrían mucho con los llegadores de segunda línea, que encontraban demasiado espacio para alcanzar zonas de remate en libertad. Moleiro puso a prueba a Nyland con un disparo potente con la izquierda, que repelía el noruego. Se iba mascando el 2-1 y, como suele suceder en fútbol, sucedió lo contrario. Enésimo balón del portero del Sevilla presionado buscando a Ocampos, que en vez de prolongar de cabeza se giraba cuerpeando y buscaba la carrera de Isaac. El delantero entró con la cabeza levantada por el costado izquierdo y la colocó en boca de gol para Juanlu. El oro olímpico colocaba por delante a los andaluces.
Luis Carrión realizaba tres cambios de una vez para buscar la remontada. Y al minuto de esas sustituciones encontró premio. Sandro tocaba su primer balón dentro del área, para recortar a Pedrosa, que llegaba tarde a la cobertura y marcar por encima de Nyland. Se volvía loco el choque. Lukebakio, antes de ser sustituido, pudo anotar el 2-3 en un remate desde el borde del área pequeña de primeras, aunque se le parchó al lateral de la red. Pudo incluso controlar. El encuentro estaba en el alero para cualquiera. Y Cillessen salvó a Las Palmas. Contragolpe donde Pedrosa llevaba otra vez la voz cantante y su pase atrás encontraba solo a Sow a seis metros de la portería. El suizo no dirigió su disparo y el meta se convertía en el héroe de la noche. De hecho le sacó otra a Sow más compleja para el centrocampista. Empate final. Nadie contento. Sobre todo García Pimienta. Cillessen le había birlado la victoria.
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