Hay enfermedades que, debido a sus peculiaridades, causan graves efectos contra el organismo de las personas y los perros. La unión entre ambas especies es milenaria y el vínculo es inquebrantable. Esta cercanía podría dar lugar a un avance científico en el campo de la medicina, y es que los canes podrían ser la clave para entender el funcionamiento de una patología.
El foco está puesto en la fiebre del valle, conocida en Estados Unidos por perjudicar el organismo respiratorio de personas y perros, en especial en la vertiente oeste del país norteamericano. Es llamada también coccidioidomicosis debido a que se produce por la inhalación de las esporas del hongo Coccidioides.
Cuáles son las zonas de mayor riesgo para la fiebre del valle
Los expertos consideran que los perros con capacidades más avanzadas a la hora excavar son aquellos con mayor riesgo de infección. En concreto, un estudio de la Universidad de California, publicado en The Journal of Infectious Diseases, sugiere que un 91.5% de los casos se dieron en el estado de Arizona.
Jane Sykes, autora principal, deslizó: “Los perros son centinelas de las infecciones humanas”. Es por ello que los investigadores centraron sus esfuerzos en analizar miles de casos en perros, con el objetivo de determinar las posibles causas de la enfermedad y en qué condiciones posee más riesgo para el ser humano y los animales.
Una de las explicaciones es que las lluvias de cierta intensidad son el germen ideal para el crecimiento de las esporas de los hongos. Durante el periodo de sequía, el suelo se agrieta y el viento hace que las esporas se dispersen, lo que deriva en un grave riesgo para la salud del ser humano. Así, se cree que este hallazgo sirva para determinar modos y métodos efectivos para controlar la propagación, especialmente en las áreas con mayor porcentaje de riesgo.
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