El trabajo incansable que lleva a cabo el ser humano para conocer más a fondo todo lo que nos rodea prosigue y suma novedades impactantes. En este caso, la colaboración entre astrónomos de Estados Unidos y España ha llevado a un auténtico descubrimiento: hielo en una estrella similar al Sol y que, según los datos revelados, apenas está en su fase de infancia.
El telescopio espacial James Webb de la NASA ha sido el medio utilizado para vislumbrar la luz que emana de un disco de escombros de polvo y rocas que orbita en HD 181327, esto es, una estrella a 155 años luz con características muy similares a las del Sol de nuestro sistema. Este estudio, que fue publicado hace tan sólo unos días en la revista Nature, lleva la firma de la española Noemí Pinilla-Alonso, de origen asturiano.
Un origen similar al del sistema solar al que pertenece la Tierra
Esta experta, junto con su equipo y colaboradores estadounidenses, han detectado hielo de agua cristalina en el interior de ese disco de escombros. Esto, según se desliza, vendría a demostrar que los hechos ocurridos hace 4.000 millones de años en nuestro sistema bien pudieron suceder en otros. Por entonces, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno variaron su órbita y, al hacerlo, hicieron que todo tipo de asteroides, cometas y demás objetos impactaran sobre la Tierra, la Luna y demás planetas.
La edad de este Sol ‘joven’ es de 23 millones de años, un periodo relativamente escaso en comparación con los 4.600 millones del Sol sobre el que orbita la Tierra. Los expertos encargados de esta investigación sospechan que los cuerpos alrededor del anillo chocan entre ellos y, en el futuro, bien podrían dar paso a nuevos planetas. Además, se han detectado tanto monóxido de carbono como dióxido de carbono.
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