Al otro lado de La Cañada Real existe un oasis de deporte donde los niños y las niñas disfrutan y se evaden de la realidad. Un campo y una pelota es lo único que necesitan para regalar una sonrisa. Todo ello gracias a PGR ONG. “Llevamos el deporte y la cultura como un vehículo de educación en valores, de desarrollo personal y de inclusión social”, comenta Patricia García, fundadora de la ONG, que la ha trasladado además de a Europa, a América del Sur y África.
La ONG se encarga de organizar todos los miércoles y jueves actividades, con el rugby como protagonista, para todos los jóvenes que por motivos de falta de transportes no pueden salir de La Cañada Real, concretamente del sector 6. “Nos encanta venir aquí y jugar con nuestros amigos”, nos dice una chica de apenas ocho años, que luego, cuando le tocaba irse a casa, no quería parar de jugar.
Valores por bandera
Esta iniciativa busca visibilizar el poder del rugby como herramienta de transformación, promoviendo los valores de respeto, igualdad y trabajo. “Intentamos utilizar el deporte como vehículo de inserción social”, comenta Ana.
En las entrañas de una de las barriadas más conflictivas de la Comunidad de Madrid, la felicidad aparece en forma de pelota ovalada. “La Cañada Real es un sector en el que, la verdad, hay una vulnerabilidad muy grande. Se incumplen varios de los derechos humanos en este entorno. Además, hay un alto porcentaje con el tráfico de drogas”, añade la responsable de PGR. Por ello, es fundamental la labor de esta ONG.
Aprendizaje para todos
Los únicos beneficiados de esta iniciativa no son solo los niños y las niñas. Los mayores disfrutan y se llevan a casa una experiencia que no tiene precio. “Me ha gustado mucho esa visión que tienen de ir a todas a mil”, dice Ana, una de las que sacrifica su tiempo en ayudar a los demás de manera voluntaria, y Patricia añade que aprenden de la ilusión con la que vienen, las ganas de compartir y crecer como persona.
El objetivo es arrancar el problema de raíz y evitar que luego sea demasiado tarde para estos chicos y chicas. “Donde peor se cree que está la sociedad, donde se supone que no hay salida, darles una nueva opción a través del deporte, como me ocurrió a mí unos añitos después, pero dársela desde un principio y que vean que hay otras opciones”, comenta un ayudante, que por problemas con la ley estuvo un tiempo en la cárcel.
Equipo femenino
MARCA ha sido testigo de un día especial: La ONG PGR, después de un gran esfuerzo, ha encontrado las suficientes chicas para organizar un equipo femenino de rugby. “Decenas de niñas y adolescentes que les está encantando el deporte, que están encontrando en él un lugar para desarrollarse, generar confianza, empoderarse y para construir relaciones de amigas, amigos y, cómo no, también para poder el día de mañana, ojalá federarse”, confirma Patricia.
Primer partido
Como cualquier equipo, necesita otro para competir. En este caso los afortunados han sido el Vallecas Rugby Unión y el Rugby Real Canoe. “Decidimos venir porque entra dentro de los valores que queremos dar a nuestros alumnos”, comenta el portavoz del equipo de Canoe.
Y como en todos los partidos de este deporte, el tercer tiempo no podía faltar. Todos han puesto su granito de arena para poder disfrutar de algo tan mítico. “Es diferente al de los mayores, aquí es muy saludable: fruta, agua, zumos y barritas”.
Vuelta a casa
Mohammed es un ejemplo más. A pesar de ser un fanático del fútbol ya le ha conquistado el rugby, “tengo muchas ganas de volver aquí y no han pasado ni cinco minutos del pitido final”, comenta ilusionado. El árbitro ha pitado el final y eso significan dos cosas: el deporte ha ganado y todos tienen que volver a su hogar. Vuelta a la realidad, después de estar ajenos a ella.
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