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Los Super Bowl son la cima del fútbol americano, el espectáculo donde se forjan las leyendas y se escribe la historia. Los ha habido de todos los tipos, pero algunos han sido palizas absolutas.
Vamos a repasar las mayores palizas de la historia del Super Bowl, analizando las diferencias de puntuación más grandes, cómo se desarrollaron y por qué se convirtieron en partidos tan desequilibrados.
Super Bowl con más puntos
Super Bowl XXIV (1990) - San Francisco 49ers 55, Denver Broncos 10 (45 puntos de diferencia)
El Super Bowl más desigual de la historia vio cómo Joe Montana y los 49ers desmantelaban absolutamente a John Elway y sus Broncos. La ofensiva de San Francisco estaba a pleno rendimiento, mientras que Denver no tenía respuestas en ninguno de los dos lados del balón. Montana lanzó cinco pases de touchdown y los 49ers establecieron un récord del Super Bowl con 55 puntos. Sigue siendo el mayor margen de victoria en la historia del partido.
Super Bowl XX (1986) - Chicago Bears 46, New England Patriots 10 (36 puntos de diferencia)
Los Bears de 1985 son considerados uno de los equipos más dominantes de la historia de la NFL, y lo demostraron al aplastar a los Patriots en el Super Bowl XX. Liderada por una defensa asfixiante, conocida como los 'Monstruos del Midway', la unidad defensiva de Chicago sólo permitió siete yardas de carrera y capturó en múltiples ocasiones al quarterback de los Patriots, Tony Eason. El partido estaba prácticamente sentenciado al descanso.
Super Bowl XLVIII (2014) - Seattle Seahawks 43, Denver Broncos 8 (35 puntos de diferencia)
Denver llegaba con el ataque más anotador de la historia de la NFL, liderado por Peyton Manning, pero la defensa de los Seahawks, la 'Legion of Boom', los dejó en nada. Desde el primer snap, que fue un safety para Seattle, los Seahawks dominaron todas las facetas del juego, anotando en las tres fases: ataque, defensa y equipos especiales.
Super Bowl XXII (1988) - Washington Redskins 42, Denver Broncos 10 (32 puntos de diferencia)
Los Broncos de John Elway volvieron a ser humillados en un Super Bowl. Doug Williams, el primer quarterback negro que ganaba un Super Bowl, pasó a la historia con 340 yardas de pase y cuatro touchdowns en un solo cuarto. Los Redskins remontaron un 0-10 con 35 puntos sin respuesta en el segundo cuarto.
Super Bowl XXVII (1993) - Dallas Cowboys 52, Buffalo Bills 17 (35-point difference)
La dinastía de los Cowboys de los años 90 comenzó con una victoria de prestigio ante los Bills, que disputaban su tercer Super Bowl consecutiva. Los texanos forzaron nueve turnovers, récord del Super Bowl, devolviendo dos fumbles para touchdown. Una de las actuaciones defensivas más dominantes de la historia del partido. Buffalo no pudo seguir el ritmo del ataque de Troy Aikman.
¿Qué provoca los blowouts en el Super Bowl?
Si bien en teoría todos los equipos que llegan al Super Bowl están entre los mejores de la Liga, lo cierto es que algunos partidos resultan ser mucho más desiguales de lo esperado. Aquí tienes algunos de los factores clave que contribuyen a una paliza:
- Defensas dominantes: En muchos de estos partidos, el equipo ganador tenía una defensa históricamente excelente (por ejemplo, los Bears de 1985 y los Seahawks de 2013). Cuando una defensa anula por completo a un ataque contrario, permite a su equipo controlar el ritmo y desmoralizar a su rival.
- Desigualdad en las pérdidas de balón: La paliza de los Cowboys a los Bills en el Super Bowl XXVII se debió en gran parte a las nueve pérdidas de balón, récord del torneo, que cometió Buffalo. Cuando un equipo entrega el balón una y otra vez es casi imposible que pueda competir.
- Desigualdad en el juego de quarterbacks: Una diferencia de talento significativa en los quarterbacks puede ser una sentencia de muerte en el Super Bowl. Joe Montana, Doug Williams y Troy Aikman realizaron actuaciones legendarias, mientras que sus quarterbacks rivales se hundieron bajo los focos.
- Planes de juego pobres: El cuerpo técnico tiene un papel muy importante en estos resultados tan abultados. Cuando un equipo es superado desde el banquillo, cuando no se ajusta a las fortalezas del rival, suele acabar en desastre. Como le ocurrió a los Broncos de Denver en el Super Bowl XLVIII, cuando Seattle les superó desde la primera jugada.
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