La última tarde en la piscina de La Defense Arena fue un continuo ajuste de cuentas. De Bobby Finke con la historia para borrar a Yang Sun de la lista de los récords en el 1.500. De la natación china, tan criticada por la USADA, con Estados Unidos batiéndolos en el 4x100 estilos, una prueba en la que jamás habían perdido. Y de la potencia americana con Australia, que había llamado a la insurrección a sus nadadores para acabar con el dominio en el medallero de Estados Unidos, como pasó en los Mundiales de Fukuoka de 202., El 4x100 estilos femeninos (3:49.63) extendió un dominio global que se prolonga desde 1988.
Entremedias, la veterana Sarah Sjostrom se confirmó como la mejor velocista de París 2024 con la victoria en los 50 libre (23.71) que añade a su triunfo en 100. Según la cuenta de X de Eldrick ISB es la 96 medalla de la sueca, que está a uno de la húngara Hoszu.
La final de los 1.500 metros prometía después de un filtro bárbaro el sábado en 14:45.59 para los finalistas. A esa contienda, Finke, 24 años, con fama de chuparruedas, aunque con unos 100 metros finales irresistibles, cambió de estrategia. Por la calle 7 empezó a ritmo de récord del mundo en cada largo. Cuando pareció que Paltrinieri y Wiffen le iban a dar alcance, el nadador que se entrena en el grupo de Katie Ledecky en Florida, dirigidos por Anthony Nesty -campeón olímpico en Seúl y entrenador jefe masculino de Estados Unidos-, aumentó el ritmo en 1.000 para acabar el último largo en 26.27, que arruinó las ilusiones del dragamillas italiano. Con 14:30.67 mejoró en 35 centésimas la marca del chino.
Finke caldeó el ambiente, que León Marchand terminó de sobresaltar con su aparición en la posta de braza en el 4x100 estilos de Francia. Los galos, que llegaron a liderar la final tras la mariposa, con Maxime Grousset acabaron terceros, por detrás de Estados Unidos y China, que resultó ganadora. Zhanle Pan, el estratosférico plusmarquista mundial de 100, en el nado libre pasó como un meteoro para meter más de un segundo de nuevo a todos los rivales. Fue la posta más rápida de la historia (45.92) y una gran manera de celebrar su vigésimo cumpleaños. Murphy, Fink, Dressel y Armstrong penarán con la cruz de haber sido derrotados por primera vez en la especialidad.
La prueba final decidía la hegemonía en la piscina. Esta vez Estados Unidos se aplicó. Con Regan Smith, Lily King, Walsh y Torri Huske (3:49.63) se convirtieron en el primer cuarteto de la historia en romper la barrera del 50. Fue una barbaridad, con tres cuartos de cuerpo de Walsh por delante de la línea amarilla de los récords. Y, de paso, también sirvió para acallar a los aguafiestas que hablaron de que la piscina era lenta: 16 récords olímpicos y tres del mundo son un gran botín en el reino de León Marchand.