La 'factura' del infernal maratón olímpico: de los vómitos de Navarrete a la silla de ruedas de Maayouf

Que el maratón olímpico de París era de una dureza extrema, con 500 metros de desnivel y cuestas de hasta el 13,5%, se sabía desde hace meses pero faltaba saber cómo iba a afectar a los atletas, que al final y al cabo iban a ser los verdaderos protagonistas de la carrera.

La prueba masculina nos dejó ya algunas pinceladas de lo que podía ocurrir 24 horas después con las mujeres, que en algunos casos han acabado pagando el esfuerzo casi sobrehumano de un maratón agónico.

De hecho, Majida Maayouf, la mejor de las españolas en el puesto 17, se desplomaba nada más cruzar la línea de meta y tenía que ser atendida por los servicios médicos, abandonando la zona en silla de ruedas.

Cuando he terminado me dolían los isquios y tenía la temperatura alta así que me han tenido que meter en un baño de hielo

Majida Maayouf

La propia Maayouf, que llegó a España en 2013 y reside en Salvatierra (Álava), explicaba cómo había vivido esos momentos de agonía tras una carrera en la que lo había dado todo.

Majida llegaba cojeando y con evidentes secuelas en su rostro del sufrimiento vivido: "No he acabado tan mal pero cuando he parado me dolían los isquios y tenía la temperatura alta así que me han tenido que meter en un baño de hielo".

El circuito es durísimo aunque me han afectado más las bajadas que las subidas. Iba a ritmo de 3:02 el kilómetro e intentaba no retener mi cuerpo pero al llegar al kilómetro 32 me ha llegado la pájara

Majida Maayouf

"El circuito es durísimo aunque me han afectado más las bajadas que las subidas. Iba a ritmo de 3:02 el kilómetro e intentaba no retener mi cuerpo pero al llegar al kilómetro 32 me ha llegado la pájara. Lo he pasado muy mal, la verdad, pero estoy muy contenta de haber luchado hasta donde podía", explicaba la fondista de origen marroquí.

Maayouf tenía un deje de amargura en sus palabras y confesaba que soñaba con hacer algo grande en París: "Es que me siento bien. Intenté agarrarme hasta con los dientes al grupo de cabeza en la cuesta del kilómetro 28 pero ellas iban muy rápido y hubo un momento en que me veía pérdida y ni sabía en el puesto que iba. Hablaba conmigo misma y me decía que tenía que acabar sí o sí. Cuando pase unos días seguro que valoraré más ese puesto 17".

Navarrete y el deseo de ser olímpica

Esther Navarrete fue la tercera de las españolas en meta en el puesto 42, con un crono de 2:32:07. La gallega también revelaba que lo había pasado muy mal, llegando a vomitar durante el recorrido.

"Me he sentido muy bien al principio pero sobre el kilómetro 18 empecé a sentir mucho frío y tres después he tenido que vomitar. No he parado pero he tenido que bajar bastante el ritmo. En el kilómetro 25 me volví a sentir muy mal, lo eché todo y a partir de ahí empezó de verdad mi carrera porque empecé a sentirme muy bien", relataba Esther.

Me he sentido muy bien al principio pero sobre el kilómetro 18 empecé a sentir mucho frío y tres después he tenido que vomitar. No he parado pero he tenido que bajar bastante el ritmo

Esther Navarrete

"Nunca me he venido abajo porque iba pensando que era olímpica y quería terminar mi maratón. Ha sido muy duro pero veníamos preparadas mentalmente porque sabíamos de la dureza del circuito", confesaba Navarrete, que a sus 34 años disputaba apenas su segundo maratón.

Meritxell Soler fue la única española sin secuelas físicas aparentes en esta infernal carrera. "Estoy en una nube. Por marcas estaba en el puesto 58 y hacer un 'top 40' ya me parecía un gran resultado. Me he encontrado muy bien durante la carrera y cuando en el kilómetro 30 me han dicho que estaba muy cerca del puesto 30 me he dicho que tenía que ir a por las que iban por delante porque esto es una vez en la vida", contaba por su parte la catalana.