"No lo queremos vender, queremos renovarlo". Este es el mensaje que se han encontrado tanto agentes como intermediarios que han llamado a la puerta de club con ofertas a lo largo de la semana, según ha podido saber MARCA, una vez han sabido cómo se ha estructurado el 'nuevo' Valencia con la llegada de Ron Gourlay como CEO de fútbol. Y el nombre propio es el de Cristhian Mosquera. El central acaba contrato en 2026 y no ha habido acuerdo para renovarlo en tiempo con lo que hace pocas semanas ambas partes sabían cuál debía ser el camino: buscar la oferta que satisfaga a todas las partes. Y en ello estaban. Pero después de una nueva reestructuración en el Valencia, parece que la situación se ve de otra manera.
En el fútbol nunca hay una verdad verdadera... porque siempre surgen matices que cambian la película de la misma en apenas segundos. Podría ser una estrategia, pero el Valencia ha empezado a trasladar a todos aquellos que han ado con la entidad a lo largo de la semana que han cambiado de parecer con el central valenciano. No a un venta. Sí a tratar de renovarlo. Puede que el Valencia haya trazado una estrategia para intentar ese último empujón con un nuevo contrato, objetivos de club...
El valor top del actual Valencia: 30 millones
El caso es que el jugador con más valor de la plantilla en estos momentos es Mosquera. El defensa de 20 años está en torno a los 30 millones de euros según Transfermarkt y ningún otro jugador de la plantilla blanquinegra llega a esa cifra en estos instantes. El hándicap de todo ello es que le queda un año de contrato... y todo estaba encaminado a una salida que contentara a todos.
Pero las reuniones que se han ido sucediendo durante la semana llevan como principio, de momento, la no venta del defensa sub 21. Es una forma de darle valor en el mercado y más en la situación en la que se encuentra a menos de medio de año de convertirse en agente libre. Porque el CEO escocés trata de ver si se le puede dar la vuelta a esta situación que estaba encaminada 100% a la venta. Pero, dejan abierta, al menos, una puerta a la esperanza.
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