"Estaba jugando todo el día con mi hijo Gastón. Estas calles fueron el inicio de lo que es hoy Fede", nos dice Sandra García, la vecina más cercana a la familia Valverde y que aún vive en La Unión, un barrio popular de Montevideo donde se crio el '8' madridista.
Enfrente de la que fue su casa -donde ahora vive el hermano del jugador-, Sandra nos comenta: "Fede fue siempre muy tranquilo, bondadoso y humilde, como ahora. Estaba todo el día pegándole a la pared con una pelota. Era su pasión y pasaban horas jugando con mi hijo". Curiosamente, su hijo, Gastón, es el mejor amigo de Fede aún hoy, y le acompaña en Madrid -tiene su trabajo propio-.
"Desde chico, Fede quería ser jugador, y se merece lo de ahora por todo lo que se dedicó, incluyendo a su madre, Doris, que trabajó todo lo que pudo y más... para que a Fede no le faltara nada", nos apostilla Sandra.
Muy cerca de esa casa, a unas tres calles, Fede caminaba cada día hasta llegar al que su primer equipo. "Creo que aún tenía hasta pañales", nos dice el presidente de Estudiantes de La Unión, Carlos Borges, al que encontramos en este modestísimo club que recibió 11.000 dólares por derechos de formación en el traspaso Peñarol-RM de Fede.
Valverde fichó por este club el 3 de marzo de 2001 (Fede es de julio del 98). No tenía ni tres años y, como no había aún chicos de su edad, jugó con una categoría superior. En ese club jugó desde esos tres años hasta los 10, cuando lo reclutó Peñarol para el 'baby fútbol', y, a partir de los 13, ya para las inferiores del 'Glorioso'. "Venía desde casa todos los días y jugaba de mediocampista", nos comenta el 'presi', apostado en la canchita ahora de césped natural (muy rudimentario), y que entonces era de tierra (y barro cuando llovía).
"Valverde era muy tímido. Aquí fue donde le pusieron el apodo de 'Pajarito', porque era flaquito. La verdad es que nunca imaginamos que pudiera llegar tan lejos, más allá de que era el que más destacaba, hasta jugando con categorías superiores", recalca Borges.
"EstamoFede era el que más sobresalía, junto a Federico Biestro, un chico de su edad ahora, curiosamente, también afincado en Madrid, donde trabaja como periodista. "Estamos muy orgullosos de Valverde y ojalá pudiera venir pronto a saludar a los chicos del club. Queremos hacerlo y sería un lujo ponerle su nombre a este campo de juego que le vio crecer", finaliza el presidente de Estudiantes. Fede tiene esa 'tarea' pendiente con su primer club.
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