Vitoria seguirá viendo fútbol de Primera el próximo curso. Los de Coudet necesitaban ganar en Pucela para evitar sustos en la última jornada y se volvieron a casa con los deberes hechos y la permanencia en la mochila. No hizo falta más que otra portería a cero y un gol de un tipo que vive una segunda juventud con 35 años. Kike García, con 13 tantos, se ha convertido en el salvavidas vitoriano.
En su segunda temporada como jugador del Alavés, el de Motilla de Palancar está cerca de cerrar su mejor curso como futbolista de Primera. Un jornalero del fútbol como Kike merecía vestirse de héroe para sellar la permanencia de los suyos. No le tembló el pulso desde los once metros y su gol ya forma parte de la historia del equipo vitoriano.
Comenzó el duelo el equipo de Coudet con las ideas muy claras. Sin querer mirar siquiera lo que sucedía en Las Palmas. Guridi fue el primero en probarlo. Hein estuvo brillante para salvar un balón envenado de Kike García, otro despeje de meta en un centro desde el costado... Y así hasta que llegó el derribo de Cenk sobre Tenaglia. Tuvo que ser desde el punto de penalti desde donde se adelantarían los visitantes. Por entonces, parecía que la película del partido iba a ser plácida para los de Coudet. Nada más lejos de la realidad. Tras desperdiciar Aleñá una contra que parecía imposible de estropear, llegaría el primer gran aviso del Valladolid. Los de Álvaro Rubio se marcharon al descanso con la sensación de seguir con vida en el partido.
Sufrimiento vitoriano
La segunda parte trajo consigo un triple cambio local que inyectó al Valladolid la energía que le había faltado durante meses. Según pasaban los minutos, más apretaban los pucelanos y más sufrían los de Coudet. Un sufrimiento que iba a tener premio. La permanencia.
Se multiplicó Sivera, hizo lo mismo Mouriño y obró el milagro en forma de salvada de gol el bueno de Facundo Garcés. Vitoria es de Primera y lo es gracias a una zaga que ha ido creciendo semana tras semana para convertirse en uno de los grandes baluartes de Coudet. Con la gran acción defensiva de Garcés se desataría la euforia en la grada visitante y se liberó buena parte de la tensión que ha acumulado el Alavés durante muchas semanas.
Pucela se despide de Primera en una temporada para olvidar, pero con una ovación y un homenaje bien merecido para un futbolista como Anuar que se marchó de Valladolid con honores. El Alavés cierra el milagro de la permanencia, una permanencia que comenzó a construir Luis García y que ha terminado de sellar Coudet. El Glorioso es de Primera, y Kike, más.
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