Todos sabemos que los diésel van perdiendo protagonismo y que los electrificados son cada vez más demandados. Sin embargo, ha sido la Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos (GANVAM) la que ha mostrado las previsiones sobre qué tipo de motorizaciones van a crecer en ventas y cuáles, por el contrario, irán a la baja.
GANVAM.
Lo primero con lo que cuentan es que en 2025 se vendan más turismos que en 2024. En concreto confían en que haya un crecimiento del 2,5% en las ventas, lo que significaría que llegaríamos a los 1.040.000 vehículos (se vendieron 1.017.000 en 2024), para superar por primera vez los 1,1 millones en 2027 y sobrepasar los 1,2 millones en 2030.
40% de híbridos
De ellos, al final este año estiman que el 40% de estos turismos serán híbridos (híbridos convencionales o micro híbridos), lo que significa que serán ya clara mayoría. El segundo bloque más importante será el de los gasolina, que se situará aproximadamente en un 32%. Y por primera vez el diésel saldrá del podio de los más vendidos porque no se confía en que representen más que el 7,2% de los coches nuevos, menos que los híbridos enchufables (9,6%) e incluso que los 100% eléctricos (7,6%).
GANVAM.
Y si nos preguntamos qué se espera para 2026, desde GANVAM confían en que bajen un poco los gasolina, los diésel e incluso los híbridos, ya que ganarán terreno los 100% eléctricos (9,3%) y los híbridos enchufables (12,7%).
Caída de los diésel
Es evidente que esta tendencia está motivada sobre por las normativas contra las emisiones, que han ido arrinconando a unos coches diésel que en 2019 representaban el 28% y en 2015 alcanzaron incluso el 62,8%.
GANVAM.
Pero este crecimiento de los electrificados, como recuerdan desde esta asociación, no es suficiente para que cumplamos con los optimistas objetivos de descarbonización deseados. Gerardo Cabañas, presidente de GANVAM, ha aclarado que aunque "la reactivación de las ayudas del Moves con carácter retroactivo es inminente, sigue siendo necesaria una revisión de los planteamientos actuales para aumentar su eficacia. En este sentido, hace falta un plan de incentivo a la demanda que, con una gestión centralizada de ayudas directas exentas de tributación y cumpliendo con el principio de neutralidad tecnológica, ponga al ciudadano en el centro, garantizando una movilidad eficiente para todos. Con los objetivos tan ambiciosos que tenemos, no nos podemos permitir que haya grandes capas de la población que se queden fuera de esta movilidad por motivos económicos. De ahí que los planes deban tener también en cuenta el vehículo de ocasión como palanca dinamizadora".
