Steve Jobs no derrochaba ni un dólar y este viejo coche lo demuestra
Steve Jobs tenía una fortuna estimada en unos 10.000 millones de euros, pero nunca vivió como si poseyera semejante capital. Y eso es algo que también demostró con sus coches.
Jobs, tras el lanzamiento de su primer ordenador, y el BMW que compró años más tarde.cars&bids.
"Mis cosas favoritas en la vida no cuestan dinero. Está claro que el recurso más preciado que tenemos es el tiempo". La frase no es nuestra, sino de Steve Jobs, aunque en realidad seguro que muchos otros la dijeron antes que él. Y encaja mucho con la forma de vida de un hombre al que se le estimaban unos 10.000 millones de euros cuando murió, de los cuáles sus hijos no recibieron ni un dólar (salvo la primera, fruto de una relación esporádica y a la que compensó económicamente por haberse desentendido de ella). Sobre todo si tenemos en cuenta que nunca vivió de manera acorde al capital que tenía en el banco.
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Steve Jobs vivía en San Francisco en una casa valorada en unos 10 millones de dólares, cifra desde luego muy alejada del valor de las mansiones que por ejemplo se ha costeado Bill Gates (mucho más rico, es cierto). Y aunque en algún momento inicial de su exitosa carrera se permitió lujos ostentosos como algún Porsche, practicaba una 'rectitud' en el gasto que le hacía huir de cualquier desembolso extravagante y desorbitado.
No llamar mucho la atención
Uno de los ejemplos de esta conducta ha salido estos días a la luz y es un BMW Serie 3 cabrio que compró y que puso a nombre de su mujer. Sí, es un coche de gama alta, pero en el mercado había un buen número de cabrios, desde Rolls-Royce a Ferraris, pasando por Porsche y Aston Martin, que habrían lucido de manera más indiscreta por el lujoso barrio residencial en el que vivían.
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El modelo en concreto es un 325 i Cabrio de color blanco con interior de cuero negro, capota eléctrica, climatizador de dos zonas, llantas de aleación de 16 pulgadas, faros antiniebla, volante tapizado en cuero, ordenador de viaje, control de velocidad y cambio manual, esto último poco común en Estados Unidos. Jobs lo compró en 1995, recibió su placa de matrícula de California y se lo entregó a Laurenne Powell, su mujer, quien por cierto ya se ha gastado la mitad de la herencia en acciones sociales y planea dejar su patrimonio casi a cero antes de morir.
Solo 4.980 euros
El coche salió a subasta la semana pasada después de que le hicieran algunas operaciones de mantenimiento (aceite, bujías, filtros, embrague...), y un tímido revuelo se levantó entre los posibles compradores por haber pertenecido a Jobs. Pero no ha habido precio de escándalo ni fiebre compulsiva por pujar. De hecho, quien se ha adjudicado la puja ha desembolsado solo 4.980 euros por el coche. Resulta curioso, porque es menos de lo que se suele pagar en España por una unidad similar de la generación E36, a la que pertenece este Serie 3. Es decir, que hasta la venta del coche encaja con la filosofía nada escandalosa de Steve Jobs.
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Por cierto, quizá después de leer estas líneas te hayamos dejado pensando que Jobs se portó mal con sus hijos reconocidos al no dejarles herencia económica; lo que hizo fue facilitarles la mejor educación para que se ganaran la vida lo mejor posible. Y al parecer lo están haciendo.
