José Marín o cuando la salud mental casi te retira empezando en tu deporte: "No podía ni mirar la bici"

Es el único ciclista malagueño que ejerce como profesional. "Desgraciadamente, aunque en parte también por suerte para mí, es así. Confío en que en el futuro seamos muchos más", dice José Marín a MARCA durante el Marbella Cycling Weekend organizado por su amigo Luis Ángel Maté.

"Él me enseña mucho. Antes, cuando corría, no coincidíamos mucho. Ahora sí que salimos a entrenar e intento absorber todo lo que puedo", dice un ciclista que "se defiende bien en montaña y que defiende bien en la crono, aunque en el sprint no tanto". Martín, satisfecho de compartir tierra con varios exciclistas, se congratula de compartir kilómetros "con gente que ama este deporte".

Su actual equipo, el Arabay, ha empezado combativo este 2025. "Es nuestro objetivo, que se nos vea en las fugas y en la televisión. Al ser equipo pequeño es lo que nos toca. Hemos arrancado bien la temporada y tenemos que seguir en esta dinámica, cosechando buenas cosas".

Para él es un sueño poder ejercer como profesional, más si cabe después de haber colgado la bicicleta durante un año por culpa de la cabeza. "Casi perdí una temporada. Ese mismo año entré con el filial de Caja Rural y, a los dos meses de estar con ellos, noté que la cabeza no podía más. Y no era de esos dos meses, sino de todo el año anterior. Me propusieron ir al equipo y acepté, pero no debía porque no estaba en condiciones. Me dio un tiempo, estuve trabajando en la carpintería sin tocar la bici ni mirarla. Al tiempo de estar trabajando fue cuando me di tiempo de lo que quería era ser ciclista profesional. Me di cuenta de los errores que había cometido y de todo lo que no había sabido disfrutar. Volví a correr y disputé alguna carrera, aunque fuera de forma. Pero me ha traído hasta aquí, que ahora estoy motivado en este nuevo equipo", cuenta alguien que se derrumbó en poco tiempo.

La cabeza también 'pedalea'

"Más que nada fue a raíz del Covid. Lo cogí tras la Vuelta a Madrid. Esa temporada había sido muy regular, con buenos resultados. Incluyendo un subcampeonato en España. Pero claro, con ese palmarés que estaba teniendo esa temporada, posiblemente hubiese conseguido algún contrato. Al no encontrarme bien entrenando creo que psicológicamente y físicamente se me vino el mundo encima. No podía entrenar, no estaba en forma y me hundió. Porque todo lo que había conseguido se perdió en menos de un mes", cuenta un ciclista que, pese a su juventud, ya ha tenido que lidiar con problemas de salud mental que casi le alejan para siempre de la bici.

Marín, nacido en 2001, destacó rápidamente en la categoría sub-23, consiguiendo puestos de honor en pruebas de gran prestigio como la Bidasoa Itzulia o la Vuelta a Madrid, donde se adjudicó la clasificación de la montaña. Su buen rendimiento le llevó a disputar también el Campeonato de Europa en ruta y el Campeonato de España, donde se jugó la victoria en un apretado mano a mano.

Ahora, Marín mira al futuro con optimismo. "Mis jefes me animan. Por ejemplo, Dani Navarro es un jefe espectacular que me motiva y mete caña. Tengo el reto de adaptarme a la categoría, que es un paso grande. El destino dirá hasta dónde puedo llegar. De momento sin presión, pero quiero saber dónde está mi límite. Lógicamente, el reto desde niño es correr un Tour de Francia. Veremos si lo puedo conseguir", cuenta alguien que, al menos, ya ha coincidido con 'gallos' en carrera como Van der Poel.

"Coincidí con él en Le Samyn y lo cierto es que es otra liga. Vio que hacía mal tiempo en Calpe y se fue para allí para ganar fácil. Es muy bueno. Cuando lo ves piensas que, por lo que tanto has luchado, se ha cumplido. Sé que me queda mucho camino por recorrer pero nosotros soñamos y lo hacemos en grande", confirma ilusionado.