El 'nuevo' Van der Poel para el Mundial: vuelve a ganar y está más fino que nunca

No engaña (ni tiene necesidad de ello) a nadie Mathieu Van der Poel. La superestrella neerlandesa es un ciclista increíble por condiciones y actitud, y presenta un físico difícilmente inigualable desde su 1,84 de altura y unos 75 kilos de peso. Sus victorias son por fuerza, intención y talento. Por eso, la de la primera jornada del Skoda Tour de Luxemburgo merece mención aparte. 'MVDP' se presentó con una imagen diferente a la habitual, más fino y estilizado, y terminó como casi siempre: brazos en alto.

En Luxemburgo aterrizó una nueva imagen de Mathieu Van der Poel. Para un corredor tan grande en lo físico, no era lo más habitual verle tan fino. Pero tiene una explicación. Es inminente el Mundial de Zúrich y el neerlandés quiere revalidar la corona que consiguió en Glasgow. El circuito, tremendamente quebrado, demanda un perfil de corredor más ligero. Y Van der Poel, voraz como pocos, se aplicó el cuento.

Y no defrauda por sensaciones. En el explosivo inicio de Luxemburgo sacó su motor. Arrancó con todo y en los metros finales se hizo con un triunfo por aplastamiento. Laporte, segundo, entró a un mundo. Andreas Kron entró tercero. Mathieu estaba en otra galaxia. Algo que, por otra parte, necesitaba.

Vuelve a ganar

Raro en él, el neerlandés venía de un tiempo sin victorias. Su inicio de curso fue apabullante, tras reventar el ciclocross, ser el mejor gregario de Jasper Philipsen en la Milán-San Remo, y firmar el histórico doblete en Flandes y Roubaix. Pero sufrió un bajón, con un Tour de Francia gris y unos Juegos Olímpicos en los que Wout Van Aert secó su ataque en el corazón de Montmatre.

Cambia su cara para el Mundial. Y sigue marcando números increíbles. Sumó su triunfo 50 en carretera. Pero también tiene más de 200 (222), entre todas las categorías (junior, sub-23 y absoluta) de ciclocross y 19 en bicicleta de montaña. Pocos en la historia están a su nivel. Y tiene hambre para más.