El Real Madrid puede alargar este fin de semana una dictadura en la Supercopa Endesa que instauró en 2018. Persigue su séptimo título consecutivo, lo que sería la segunda racha más prolongada en una competición en la historia del baloncesto español. Por delante sólo quedarían las 10 Ligas seguidas que el propio club madridista consiguió entre 1968 y 1977.
Los blancos mandan en el palmarés con 10 títulos de Supercopa tras ganar nueve de los últimos 12. Como puede observarse, su dominio es reciente. Hubo tiempos en los que se les resistía el torneo. El Madrid ganó la primera edición, disputada en 1984, pero no volvió a tener éxito antes de que se dejara de disputar en 1988. A su vuelta en 2004 se le siguió resistiendo y en 2012 por fin rompió el maleficio. De hecho, se resarció con tres seguidas.
El pleno al 12 de Tavares
Pero cuando se hizo más evidente la tiranía del madridista en el torneo fue con la llegada de Walter Tavares. El pívot firmó en noviembre de 2017 para suplir al lesionado Ognjen Kuzmic. Llegó tarde a la edición de aquella temporada, pero se estrenó un año más tarde y todavía no conoce la derrota: 12 partidos, 12 victorias y seis títulos para los blancos. Una racha nunca vista.
En esos seis entorchados y en los tres anteriores estaba Sergio Llull, que disputará su decimonovena temporada en el Madrid, más que nadie en la historia de la sección de baloncesto. El capitán aspira también a conseguir su décima Supercopa, una cifra a la que nadie ha llegado.
Para que eso pasara, los madridistas tendrían que derrotar al Barcelona en la primera semifinal de este sábado (18.30 horas) y batir este domingo en la final al ganador del otro cruce, el que medirá al anfitrión UCAM Murcia contra el Unicaja. Tres rivales que tratarán de acabar con la blanca en la dictadura de la Supercopa Endesa.
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