Cada segundo que Lonzo Ball pase en una cancha de baloncesto será un regalo para él. Porque durante las dos últimas temporadas sobre él ha planeado la sombra de la retirada. El base de los Bulls no juega un partido desde el 14 de enero de 2022. Tras numerosas intervenciones en la rodilla izquierda, parece listo para volver. Podría hacerlo en el primer partido de pretemporada, el próximo 9 de octubre en Cleveland. Si finalmente participa, habrá estado 999 días de baja.
Esto es algo de lo que nadie se ha recuperado realmente, así que seré el primero
"Me siento bien. Estoy feliz y bendecido por estar aquí. Ha pasado un tiempo, pero estoy ansioso y listo para comenzar el año. No podemos predecir el futuro, pero ese es el objetivo, es el plan que tengo. Creo que estaré listo", aseguraba durante el media day el base de 26 años. El primer partido de la temporada regular para los Bulls será el 24 de octubre en casa de los Pelicans.
Su regreso sería considerado poco menos que un milagro médico. Se ha sometido a tres operaciones en la maltrecha rodilla izquierda e incluso se le hizo un transplante de menisco y otro de cartílago, reemplazando el dañado por un aloinjerto osteocondral. "Esto es algo de lo que nadie se ha recuperado realmente, así que seré el primero", dice con optimismo un Ball del que se llegó a decir que no podría volver a correr.
Vigilancia extrema
De partida, el base tendrá limitación de minutos. Tampoco va a jugar los segundos partidos en noches consecutivas. Se le va a tratar con el mimo que requiere quien ha pasado por un trance tan complejo y prolongado. "Va a ser una comunicación constante durante todo el año, porque se trata de un proyecto nuevo, por así decirlo. Tengo una rodilla prácticamente nueva que siempre va a ser un poco diferente a la que Dios me dio", afirma el número 2 del draft de 2017.
Su elección por los Lakers fue el inicio de una carrera en la NBA que se intuía prometedora, pero que debido a las lesiones se ha quedado en 252 partidos de 554 posibles, un triste 45,4%. De Los Ángeles fue enviado a Nueva Orleans en junio de 2019 dentro del traspaso de Anthony Davis y después recaló en los Bulls. Antes de lesionarse, era una pieza clave para los de Chicago, promediando 13,0 puntos, 5,4 rebotes, 5,1 asistencias y 1,8 recuperaciones. Criterio en la dirección, gran nivel defensivo... El equipo se hundió sin él y no se ha levantado.
Tengo una rodilla prácticamente nueva que siempre va a ser un poco diferente a la que Dios me dio
Tras casi 1.000 días de baja, sería demasiado pedirle a Lonzo que lo reflotara. Él bastante tiene con volver a jugar. "Tienes que lidiar con los obstáculos que aparecen en tu vida y superarlos de la mejor manera que sabes. Eso es lo que he estado tratando de hacer, mantenerme concentrado, con los pies en la tierra y simplemente poner todo el esfuerzo que podía", finaliza.
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