La Fonteta quería un último baile en Europa. Se lo merecía. Pero Valencia Basket se quedó en el camino. Una tromba anotadora desde el triple de Hapoel (nueve de catorce en el último cuarto) dejó a los locales sin final y llorando la derrota. El partido fue enorme, pero Hapoel se entonó cuando más lo necesitaba y los 32 puntos de Blakeney fueron demasiada losa. El efecto Montero, que se cargó muy pronto de faltas, llegó demasiado tarde. Sestina lo tuvo en su mano en un triple sobre la bocina que no entró. La Fonteta se despide de Europa, esta vez, para siempre.
El partido arrancó a toda velocidad. Al parcial inicial del Valencia en su salida eléctrica (9-2), reaccionó el equipo visitante con un (0-11) que dejó muy claro que no había viajado a Valencia a pasear. En ese escenario, de tirones, el último del primer cuarto le tocó a los de Pedro Martínez. Llegaron los triples y los locales se fueron al primer parón con una diferencia más que agradable en el marcador (22-15).
El segundo cuarto se coloreó de naranja nada más arrancar. El Valencia fue imponiendo su velocidad de crucero basada en una rotación mucho más amplia que la de los israelís y en el acierto desde la línea de los tres puntos. La diferencia fue estabilizándose y la sensación de partido más o menos encauzado se impuso. Nueve jugadores diferentes habían anotado ya por los locales cuando no se había llegado al descanso.
Sin embargo, los locales fueron perdiendo efectividad mientras Hapoel, piedra a piedra, iba reduciendo la ventaja con mejor juego colectivo y puntos desde la pintura. El marcador se apretó hasta el extremo y al descanso se llegó con una mínima diferencia de un punto (45-44) para el Valencia Basket al que se le escapó la ventaja entre los dedos.
La cuarta de Montero
El tercer cuarto empezó con una muy mala noticia para el Valencia. Una celebración de Montero mirando de reojo al banquillo visitante le costó una técnica que se convertía en la cuarta falta personal. Quedaba un mundo y uno de los puntales de Pedro Martínez se iba al banquillo por un tiempo. El error lo compensó rápido Hapoel cargando a su mejor hombre, Montley- Harvey, con otras cuatro faltas. Sobre la pista la vida seguía igual, exceptuando el ataque de nervios de ambos equipos en los últimos dos minutos de cuarto en el que el choque se convirtió en un corre calles sin demasiado sentido. Al impulso anotador de Badio respondía sin aparentes problemas Blakeney en un duelo que por momentos monopolizaba el choque.
Los de Pedro Martínez se fueron al cuarto definitivo con una renta de cuatro puntos que daba un cero por ciento de tranquilidad. De hecho a los dos minutos Hapoel ya mandaba por tres puntos en el marcador alcanzando por fin su primera ventaja desde la momentánea del primer cuarto. Nervios. Muchos. Más aún cuando Hapoel anotó tres triples seguidos y llevó la ventaja a nueve puntos (68-77) a falta de algo más de cinco minutos para el final. La cosa se ponía fea para el equipo español.
El efecto Montero entró en juego para intentar parar la sangría. Valencia Basket remaba, pero Hapoel seguía a lo suyo triple a triple (nueve de catorce convertidos en el último cuarto). El partido y la final se le escapaba a los locales que no podían detener el triturador acierto exterior de los israelíes. Dos tiros libres de Montero empataron el encuentro (92-92) a falta de diez segundos para el final con posesión para los visitantes. Foster anotó dejando tres segundos en el reloj para que Valencia Basket intentara la heroica. Pero no hubo milagro y Sestina falló. Sin final. Lágrimas.
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